El dolor de cuello o cervicalgia
A diario se puede observar a un gran número de personas que llevan sus manos hacia la nuca en señal de no poder sostener el peso de la cabeza.
Este malestar en el cuello se conoce con el nombre de “cervicalgia”, que no es más que el dolor en la zona cervical de la columna vertebral.
Dicho dolor en el cuello puede ser causado por diferentes motivos; por ello es necesario que las personas conozcan cómo se originan y de esta manera evitar estos trastornos y consecuencia más graves.
Causas
El cuello constituye una estructura delgada que soporta el peso de la cabeza y realiza grandes arcos de movimiento. Muchas personas desconocen que en el área de la columna se realiza mayores grados de acción.
Entre los motivos que provocan el dolor de cuello se puede mencionar el estrés, alguna lesión causada por movimientos inadecuados o problemas mecánicos de las articulaciones que producen incapacidad y dolor.
También las posturas incorrectas, tensión nerviosa y traumatismos pueden dañar las articulaciones, músculos y ligamentos del cuello.
Recomendaciones
Es muy importante que las personas mantengan una postura correcta para evitar lesiones o agravar factores hereditarios que puedan desencadenar en cervicalgias.
La posición adecuada del cuello es mantener una determinada curva que permita llevar la cabeza hacia una flexión, extensión adecuada o inclinación lateral.
La persona debe mantener el mentón hacia adentro, manteniendo la mirada de forma perpendicular. No se debe permitir que la región torácica se curve formando una cifosis, que es la encorvadura anormal de la columna vertebral.
Además, es importante mantener la higiene de la columna vertebral. ¿Cómo se hace esto? Haciendo ejercicios de flexibilidad y de fortalecimiento.
Estos movimientos de estiramientos anterior y lateral son un gran alivio y relajan la musculatura cervical. Se deben realizar dos o tres veces al día.
Incluso, en las horas de trabajo -mientras las personas están sentadas en sus escritorios- se puede quitar el peso acumulado al cuello, por lo menos cada tres horas diarias.
Esto se hace al apoyar la cabeza en el respaldar de la silla por espacio de 10 minutos.
Al hacer esta postura en el escritorio, las piernas deben mantenerse flexionadas (no estiradas hacia el frente), ya que de esa forma doblarían la columna lumbar .
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