Trabajador quemado o síndrome del burnout
En qué consiste
La persona con síndrome del burnout presenta un grado extremo de estrés laboral que incluso le puede incapacitar totalmente para volver a trabajar. Los motivos de esta situación suelen ser una mala estructuración del horario y las tareas laborales asignadas. El afectado muestra depresión, ansiedad, fatiga crónica, trastornos del sueño, frustración y pesimismo.
Este síndrome suele afectar a profesionales cuyo trabajo se basa en la relación con otras personas, tanto clientes como personal de la propia empresa (del mismo o diferente nivel jerárquico).
Los trabajadores más afectados son aquellos dedicados a la sanidad y a la enseñanza
El trabajador "se siente quemado" cuando se desequilibran sus expectativas individuales y su realidad laboral. Es un trastorno adaptativo crónico y puede producirse tanto por un excesivo grado de exigencia como por escasez de recursos.
A quién afecta
Los trabajadores más afectados por el síndrome del burnout son aquellos dedicados a la sanidad y a la enseñanza, profesiones que exigen vocación, implicación y servicio a los demás. Otros sectores laborales afectados son:- Trabajadores sociales
- Trabajadores penitenciarios
- Empresarios
- Altos directivos
- Empleos rutinarios y monótonos
Cuáles son sus síntomas
El trabajador quemado puede presentar diferentes síntomas, entre los que se encuentran:
- Falta de ilusión o motivación por el trabajo.- Agotamiento físico y psíquico, incluso después de descansar.
- Bajo rendimiento en el trabajo.
- Absentismo laboral.
- Sentimientos de frustración y descontento.
- Síntomas físicos: insomnio, problemas gastrointestinales, taquicardias, aumento de la presión arterial y cefalea.
Qué se puede hacer
Aunque no existe un tratamiento específico para el síndrome del burnout, ante un caso de trabajador quemado se opta por aplicar terapias psicoconductuales con el fin de restablecer la salud psicológica del afectado y recuperar su rendimiento laboral. Este tipo de tratamientos trabajan en el control del estrés y la potenciación del autocontrol.
En algunos casos, es necesario prescribir un corto periodo de baja laboral e incluso recurrir a fármacos antidepresivos.
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