Cuando el dolor se hace tan extremo
Enfrentar enfermedades como: el cáncer, el sida, herpes o la diabetes, no es nada fácil, pero más complicado aún es cuando al padecimiento se le suman sensaciones de ardor, quemazón, hormigueo o la perdida de sensibilidad en alguna zona del cuerpo.
Cuando se sufre de algunas de estas sensaciones es porque el paciente es víctima, de lo que los médicos llaman, dolor neuropático que no es más que una condición que en casos extremos puede causar discapacidad física y tener un impacto emocional sobre la persona, su familia, sus relaciones sociales y sus funciones diarias.
Estadísticas mundiales revelan que en Estados Unidos entre una y siete de cada 100 personas conviven con el dolor neuropático; en Francia y Alemania, son 6 de cada 100 quienes sufren la molestia; y en España la cifra llega a siete de cada 100.
A nivel mundial son entre el 6 y 8% de la población, mientras que sobre Centroamérica y Panamá no hay estadísticas, pero no hay dudas de que la cifra puede ser muy similar.
¿Que es el dolor neuropático?
Para Argelia Lara Solares, anestesióloga mexicana especialista en clínica del dolor que hace poco visitó Panamá, el dolor neuropático es causado por una lesión o disfunción de alguna parte del sistema nervioso, ya sea central o periférico que afecta sobre todo a enfermos de diabetes, cáncer, sida o enfermedades degenerativas como la esclerosis. Se caracteriza por ser punzante, ardoroso y quemante.
La especialista explicó que los tratamientos contra el cáncer o el mismo tumor, así como los retrovirales usados para tratar el sida y el desarrollo de gérmenes que aprovechan el bajón de las defensas del organismo, pueden llevar a causar el dolor neuropático. Pero esto no es todo, luego de haber supe-rado un herpes también se puede quedar padeciendo de esta enfermedad.
También, la siática —el dolor de espalda que se irradia por toda la cara posterior de la pierna hasta el talón— es una forma de dolor neuropático. Como si fuera poco, quienes sufren de dolor neuropático experimentan cansancio, ansiedad, cambios de humor y algunas veces depresión. Para los familiares también es difícil, pues un dolor de este tipo les produce estrés, frustración e impotencia de no poder ayudar a un ser querido, sobre todo cuando el período en que ese dolor afecta al paciente se prolonga por semanas, meses y hasta años.
Se estima que 67 de cada 100 pacientes que son diagnosticados con un dolor neuropático padecen la molestia por 12 meses o más y una cuarta parte llega a convivir con este tipo de dolores hasta por dos años.
La realidad del mal
Usualmente, las personas con dolor neuropático tienen dificultad describiendo su dolor a los demás, y por lo tanto es difícil para los que lo rodean comprender el impacto que realmente tiene esta condición sobre su vida.
En general, las personas que lo sufren lo describen como una sacudida "eléctrica" que se dispara, produciendo ardor o quemazón. Para muchas personas el dolor llega a ser tan intenso que interfiere con sus acti-vidades cotidianas, como caminar, cuidar de su familia, trabajar y dormir.
En algunos casos, la búsqueda de alivio se puede convertir en una carga económica para el paciente y su familia, sobre todo porque es un dolor progresivo causado por un daño en el tejido nervioso o un mal funcionamiento del sistema nervioso, y usualmente no mejora con los medicamentos que normalmente se usan para combatir el dolor como analgésicos o antiinflamatorios.
Sabrina García es una de las diabéticas panameñas que sufre de dolor neuropático. En su caso se manifiesta a través del dolor de una pierna, que ya le fue amputada y en esta situación se le conoce como dolor fantasma.
Hasta hace 15 años, aproximadamente, la enfermedad era tratada con Vitamina B, pero se descubrió que no tenía ningún efecto. Luego los especialistas recurrieron a los neuromoduladores incluyendo antidepresivos y antiepilépticos para tratar la enfermedad; y desde el 2004 apuestan a los medicamentos como la pregalabina que han sido diseñados específicamente para aliviar el dolor causado por los nervios. La pregalabina ha dado muy buenos resultados desde el año 2004, para tratar la enfermedad en el mundo; pero en Panamá recién fue presentada.
Recomendaciones para familiares
1. Aunque no pueda ver el dolor que sufre un ser querido, ni se encuentre una causa evidente que lo origine, esto no significa que el dolor no existe.
2. Es común que las personas que sufren dolor crónico se sientan tristes, irritables y cansadas. Recuerde que esto no es su culpa.
3. Mantener las expectativas reales de lo que el enfermo puede o no puede hacer, animándolo a lograr metas alcanzables.
4. Así como es importante apoyar a quien sufre dolor, también es importante buscar apoyo emocional y sacar tiempo para relajarse.
5. Recuerde al paciente que aguantar el dolor no brinda ningún beneficio. Buscar apoyo con un médico especialista siempre será de gran ayuda para el individuo y la familia.
Cuando se sufre de algunas de estas sensaciones es porque el paciente es víctima, de lo que los médicos llaman, dolor neuropático que no es más que una condición que en casos extremos puede causar discapacidad física y tener un impacto emocional sobre la persona, su familia, sus relaciones sociales y sus funciones diarias.
Estadísticas mundiales revelan que en Estados Unidos entre una y siete de cada 100 personas conviven con el dolor neuropático; en Francia y Alemania, son 6 de cada 100 quienes sufren la molestia; y en España la cifra llega a siete de cada 100.
A nivel mundial son entre el 6 y 8% de la población, mientras que sobre Centroamérica y Panamá no hay estadísticas, pero no hay dudas de que la cifra puede ser muy similar.
¿Que es el dolor neuropático?
Para Argelia Lara Solares, anestesióloga mexicana especialista en clínica del dolor que hace poco visitó Panamá, el dolor neuropático es causado por una lesión o disfunción de alguna parte del sistema nervioso, ya sea central o periférico que afecta sobre todo a enfermos de diabetes, cáncer, sida o enfermedades degenerativas como la esclerosis. Se caracteriza por ser punzante, ardoroso y quemante.
La especialista explicó que los tratamientos contra el cáncer o el mismo tumor, así como los retrovirales usados para tratar el sida y el desarrollo de gérmenes que aprovechan el bajón de las defensas del organismo, pueden llevar a causar el dolor neuropático. Pero esto no es todo, luego de haber supe-rado un herpes también se puede quedar padeciendo de esta enfermedad.
También, la siática —el dolor de espalda que se irradia por toda la cara posterior de la pierna hasta el talón— es una forma de dolor neuropático. Como si fuera poco, quienes sufren de dolor neuropático experimentan cansancio, ansiedad, cambios de humor y algunas veces depresión. Para los familiares también es difícil, pues un dolor de este tipo les produce estrés, frustración e impotencia de no poder ayudar a un ser querido, sobre todo cuando el período en que ese dolor afecta al paciente se prolonga por semanas, meses y hasta años.
Se estima que 67 de cada 100 pacientes que son diagnosticados con un dolor neuropático padecen la molestia por 12 meses o más y una cuarta parte llega a convivir con este tipo de dolores hasta por dos años.
La realidad del mal
Usualmente, las personas con dolor neuropático tienen dificultad describiendo su dolor a los demás, y por lo tanto es difícil para los que lo rodean comprender el impacto que realmente tiene esta condición sobre su vida.
En general, las personas que lo sufren lo describen como una sacudida "eléctrica" que se dispara, produciendo ardor o quemazón. Para muchas personas el dolor llega a ser tan intenso que interfiere con sus acti-vidades cotidianas, como caminar, cuidar de su familia, trabajar y dormir.
En algunos casos, la búsqueda de alivio se puede convertir en una carga económica para el paciente y su familia, sobre todo porque es un dolor progresivo causado por un daño en el tejido nervioso o un mal funcionamiento del sistema nervioso, y usualmente no mejora con los medicamentos que normalmente se usan para combatir el dolor como analgésicos o antiinflamatorios.
Sabrina García es una de las diabéticas panameñas que sufre de dolor neuropático. En su caso se manifiesta a través del dolor de una pierna, que ya le fue amputada y en esta situación se le conoce como dolor fantasma.
Hasta hace 15 años, aproximadamente, la enfermedad era tratada con Vitamina B, pero se descubrió que no tenía ningún efecto. Luego los especialistas recurrieron a los neuromoduladores incluyendo antidepresivos y antiepilépticos para tratar la enfermedad; y desde el 2004 apuestan a los medicamentos como la pregalabina que han sido diseñados específicamente para aliviar el dolor causado por los nervios. La pregalabina ha dado muy buenos resultados desde el año 2004, para tratar la enfermedad en el mundo; pero en Panamá recién fue presentada.
Recomendaciones para familiares
1. Aunque no pueda ver el dolor que sufre un ser querido, ni se encuentre una causa evidente que lo origine, esto no significa que el dolor no existe.
2. Es común que las personas que sufren dolor crónico se sientan tristes, irritables y cansadas. Recuerde que esto no es su culpa.
3. Mantener las expectativas reales de lo que el enfermo puede o no puede hacer, animándolo a lograr metas alcanzables.
4. Así como es importante apoyar a quien sufre dolor, también es importante buscar apoyo emocional y sacar tiempo para relajarse.
5. Recuerde al paciente que aguantar el dolor no brinda ningún beneficio. Buscar apoyo con un médico especialista siempre será de gran ayuda para el individuo y la familia.
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