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sindrome de fatiga cronica (sfc) / encefalomielitis mialgica (em) - fatiga cronica

El síndrome de fatiga crónica

El síndrome de fatiga crónica es una de las enfermedades sobre las que pesan tópicos complicados de superar. Incluso ahora sigue siendo una dolencia difícil de diagnosticar, ya que todavía hay médicos que la achacan simplemente a factores psicológicos.

También se confunde, en primera instancia, con la fibromialgia (caracterizada básicamente por el dolor muscular) y con la depresión. En realidad, este síndrome tiene unos rasgos bien definidos, según explican los especialistas.

La fatiga crónica “Es un agotamiento con un tiempo de inicio definido y una duración de más de seis meses”.

Además, quienes padecen este síndrome experimentan cuatro o más de los siguientes síntomas: problemas de memoria o de concentración; dolor de garganta; ganglios linfáticos palpables; dolor en las articulaciones; dolores de cabeza; alteraciones del sueño y cansancio tras el ejercicio físico.

Las personas que padecen esta enfermedad experimentan cansancio, dolores musculares y problemas de concentración que casi siempre se achacan, en primera instancia, al exceso del trabajo o al estrés.

El agotamiento que provoca el síndrome de fatiga crónica no se alivia con el reposo, y afecta a la capacidad de la persona para llevar a cabo su vida normal.

En los últimos años se empieza a diagnosticar como causa de baja médica en el trabajo, aunque hasta hace poco todavía era una dolencia marcada por muchas versiones contradictorias.

Además, se añade otro factor: la incomprensión de los que les rodean, que a menudo creen que el enfermo exagera.

Según estudios realizados en Estados Unidos, el síndrome tiene una incidencia máxima entre los 30 y los 40 años, y más en mujeres que en hombres.

En tanto que de acuerdo a un estudio publicado en el “British Medical Journal” es una enfermedad que cuanto antes se diagnostique mejor se podrá tratar, de una manera individualizada para cada caso.
Por eso es una enfermedad difícil de reconocer, porque muchos de sus síntomas pueden darse en dolencias causadas por infecciones, como la gripe.
“La diferencia está en que la fatiga crónica esos síntomas persisten durante meses o años, sin que tengan relación con ningún problema médico o psicológico”.

El origen de la enfermedad aún no es bien conocido, aunque cada vez cobra más cuerpo la teoría de que podría estar causado por un agente infeccioso como un virus, que provoca anormalidades crónicas en el sistema inmunitario.

La autora de este artículo es colaboradora de areaRH.com.

No confunda
el padecimiento...


Qué es la fatiga crónica
Es un agotamiento físico con un tiempo de inicio definido y una duración de más de seis meses

Los síntomas son similares a los padecidos por exceso de trabajo y estrés, sin embargo por un tiempo más prolongado.

-Problemas de memoria o de concentración
-Dolor de garganta
-Ganglios linfáticos palpables
-Dolor en las articulaciones
-Dolores de cabeza
-Alteraciones del sueño
-Cansancio tras el ejercicio físico

http://www.diario.com.mx

 

síndrome de fatiga crónica (Chronic Fatigue Syndrome)

Chris tenía los ganglios linfáticos inflamados, frecuentes dolores de cabeza y se sentía sorprendentemente débil. Estaba tan cansada que le costaba concentrarse en los estudios, y sus notas empezaron a empeorar. Algunos días le costaba muchísimo levantarse de la cama por las mañanas.

Amber empezó a encontrarse así en agosto —y en marzo seguía sin mejorar. Sus padres pensaron que tal vez había contraído una enfermedad de origen infeccioso denominada mononucleosis y la llevaron al médico. Pero, después de explorarla y de hacerle varios análisis de sangre, el médico de Amber dijo que tenía síndrome de fatiga crónica.

¿Qué es el síndrome de fatiga crónica?

El síndrome de fatiga crónica es una afección muy difícil de diagnosticar —y que no se acaba de entender por completo. A pesar de tratarse de un problema físico, también tiene componentes psicológicos. Esto significa que una persona con síndrome de fatiga crónica puede presentar síntomas físicos, como dolor de cabeza o de articulaciones. Pero la misma persona puede presentar también síntomas emocionales, como pérdida de interés en sus actividades favoritas.

Para complicar todavía más las cosas, distintas personas con síndrome de fatiga crónica pueden presentar síntomas diferentes. Y los síntomas del síndrome de fatiga crónica a menudo se parecen mucho a los de otras enfermedades, como la mononucleosis, la enfermedad de Lyme o la depresión. Y, por si fuera poco, los síntomas de este síndrome pueden variar a lo largo del tiempo incluso en un mismo individuo.

Todo esto hace que el tratamiento de esta enfermedad resulte un poco más complicado ya que no hay ninguna medicación ni ningún tratamiento aislado que permita resolver todos sus síntomas.

¿Cuál es la causa del síndrome de fatiga crónica?

Los científicos llevan más de 20 años estudiando el síndrome de fatiga crónica, pero siguen sin saber con seguridad qué es lo que lo provoca.

Actualmente, muchos médicos creen que la forma en que interactúan ciertas afecciones con el cuerpo y la mente puede predisponer a algunas personas a padecer este síndrome. Por ejemplo, si alguien contrae una infección vírica y está bajo mucho estrés, la combinación de estos dos factores puede predisponer a esa persona a desarrollar un síndrome de fatiga crónica.

Hoy en día, los médicos creen que los siguientes factores pueden interactuar, exponiendo a algunas personas a desarrollar un síndrome de fatiga crónica:

  • Infecciones. Los expertos se han preguntado si determinadas infecciones, como la del sarampión o la del virus Epstein-Barr (el que provoca la mononucleosis) incrementan el riesgo de padecer síndrome de fatiga crónica. El papel que desempeña el virus Epstein-Barr en el síndrome de fatiga crónica sigue siendo objeto de debate, ya que los estudios no han permitido confirmar ninguna relación causal.
  • Problemas en el sistema inmunitario, como las alergias.
  • Estrés emocional. Los científicos han constatado que las personas con síndrome de fatiga crónica a veces producen menos hormonas del estrés, como el cortisol, lo que puede afectar al sistema inmunitario.

Los investigadotes también han descubierto que algunas personas con síndrome de fatiga crónica tienen un tipo de hipotensión y están estudiando la posible relación existente entre la hipotensión y el síndrome de fatiga crónica.

¿Quién padece síndrome de fatiga crónica?

El síndrome de fatiga crónica afecta a personas de todas las edades y grupos étnicos, pero a más mujeres que hombres. Este síndrome es muy poco frecuente en los niños. Afecta a algunos adolescentes, pero tiende más a afectar a personas de entre cuarenta y sesenta años. Las persona jóvenes con síndrome de fatiga crónica suelen mejorar con el tiempo más que los pacientes mayores.

A veces varias personas de la misma familia contraen el síndrome de fatiga crónica. Esto puede obedecer a que la tendencia a desarrollar este síndrome tal vez sea genética. Los médicos están bastante seguros de que el síndrome de fatiga crónica no se puede contagiar.

¿Cómo puedes saber si tienes síndrome de fatiga crónica?

En la actualidad, no hay ninguna prueba aislada que permita saber si una persona padece el síndrome de fatiga crónica. Puesto que esta enfermedad puede ser difícil de diagnosticar, los CDC (Centers for Disease Control and Prevention – Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) han establecido dos criterios para guiar a los médicos en el diagnóstico del síndrome de fatiga crónica:

  1. Fatiga inexplicable que dura seis meses o más. Las personas con síndrome de fatiga crónica están agotadas, y su cansancio y falta de energía puede durar meses, sin que haya una causa evidente del mismo. Este tipo de fatiga hace que resulte sumamente difícil levantarse de la cama por la mañana, vestirse e incluso comer. Y repercute sobre los estudios, el trabajo y el ocio —incluso sobre actividades como ir al cine o tocar un instrumento musical. El síndrome de fatiga crónica no mejora reposando o durmiendo.
  2. Cuatro o más de los siguientes síntomas:

    • problemas de concentración y memoria a corto plazo
    • dolor de garganta
    • ganglios linfáticos inflamados y dolorosos al tacto
    • dolor muscular
    • dolor articular en ausencia de inflamación o enrojecimiento
    • dolor de cabeza más fuerte o distinto del habitual
    • sueño reparador (es decir, no sentirse descansado ni siquiera después de dormir)
    • cansancio o agotamiento que dura más de 24 horas después de hacer ejercicio físico

Para que a una persona le diagnostiquen un síndrome de fatiga crónica, deberá tener tanto fatiga de larga duración como cuatro o más síntomas de la lista anterior.

¿Qué hacen los médicos?

Antes de diagnosticar un síndrome de fatiga crónica, los médicos elaboran una historia médica detallada de sus pacientes, les hacen un examen físico completo y generalmente solicitan diversas pruebas de laboratorio a fin de descartar las siguientes posibilidades:

  • Cualquier afección médica que pueda cursar con fatiga extrema, como el hipotiroidismo (niveles bajos de hormonas tiroideas), el lupus, la apnea del sueño o la obesidad.

  • El consumo de medicamentos o drogas que podrían estar provocando la fatiga.

  • Trastornos actuales o previos como la depresión, los trastornos de la conducta alimentaria o las enfermedades psiquiátricas. Un médico puede pedir a un psicólogo o terapeuta que vea a un paciente suyo para saber en qué medida estos trastornos pueden estar afectándole y si están contribuyendo a un síndrome de fatiga crónica o enmascarándolo.

Después de descartar todas estas posibilidades, lo más probable es que el médico sugiera que un terapeuta vea a su paciente antes de emitir un diagnóstico de síndrome de fatiga crónica. ¿Por qué? Porque es importante tener la mayor información posible sobre cómo afectan los síntomas del síndrome de fatiga crónica a la salud mental de la persona, incluyendo su memoria, su personalidad, su capacidad de concentración y su actitud ante la vida.

¿Cómo se trata el síndrome de fatiga crónica?

No se conoce una cura específica para el síndrome de fatiga crónica. Pero, aunque no hay ningún tratamiento rápido y definitivo, los expertos afirman que los siguientes cambios en el estilo de vida pueden ayudar:

  • Incluye un programa de ejercicios, regular y cuidadosamente diseñado, en tu rutina diaria. El ejercicio físico puede tener efectos curativos, ya que aumenta los niveles de energía y favorece la sensación de bienestar. No obstante, las personas con síndrome de fatiga crónica deben tomárselo con calma a la hora de practicar cualquier actividad física que requiera esfuerzo. El nivel de tolerancia de cada uno es distinto. En 1999, la estrella del fútbol Michelle Akers, que padece síndrome de fatiga crónica, jugó la mayor parte del partido de la Copa Mundial de Fútbol antes de tener que retirarse por agotamiento en los últimos quince minutos. Pero, para una cantidad reducida de personas, el síndrome de fatiga crónica es tan debilitante que el único ejercicio físico que pueden hacer es unos cuantos estiramientos de brazos o levantar objetos poco pesados. Explora con tu médico qué es lo mejor para ti —para que no te pases de la raya y te desanimes. Varios estudios han confirmado que el "el ejercicio progresivo” (que significa empezar con actividades que requieren poco esfuerzo e ir aumentando gradualmente el nivel de intensidad) ayuda mucho en el síndrome de fatiga crónica. La mayoría de la gente con síndrome de fatiga crónica no está en forma, de modo que volver a hacer ejercicio de forma gradual les ayuda.

  • Utiliza técnicas de control del estrés y de reducción del estrés. Te las puede enseñar un médico, psicólogo o terapeuta — estas técnicas son unas estrategias estupendas para controlar determinados aspectos de la enfermedad.

  • Aliméntate de forma saludable. Aunque no hay pruebas científicas de que una alimentación inadecuada desempeñe algún papel en el síndrome de fatiga crónica, alimentarse bien puede ayudar a minimizar los síntomas de este síndrome y el malestar general. Los médicos coinciden en que las personas con síndrome de fatiga crónica deben evitar las comidas copiosas, el alcohol, la cafeína y grandes cantidades de comida basura. Algunos dietistas o nutricionistas titulados elaboran menús y programas dietéticos para ayudar a reducir los síntomas de fatiga.

  • Considera la medicina "alternativa". La acupuntura, el reiki, el masaje, los estiramientos, el yoga y el tai chi parecen ayudar a mucha gente afectada por el síndrome de fatiga crónica —pero es una buena idea que informes a tu médico sobre cualquier otro tratamiento a que te sometas.
    Aparte de los cambios en el estilo de vida, ir regularmente a un psicólogo o terapeuta titulado puede ayudar mucho en el tratamiento del síndrome de fatiga crónica. (Igual que participar en un grupo de apoyo para gente con síndrome de fatiga crónica.) Los principales objetivos de la terapia son ayudar a la gente a afrontar la enfermedad y sustituir los pensamientos negativos o poco realistas por otros positivos y realistas. Tener una actitud positiva y creer en la propia mejoría es de gran ayuda para los pacientes con síndrome de fatiga crónica.

Algunas personas consideran que los fármacos antidepresivos, tomados bajo control médico, pueden ayudar a aliviar los síntomas del síndrome de fatiga crónica. Y los analgésicos (medicamentos para el dolor) de venta con y sin receta médica, así como los fármacos antiinflamatorios (como el ibuprofeno) también pueden ser de ayuda en algunos casos.

Puesto que los científicos todavía no han detectado ninguna relación entre las infecciones víricas o de otro tipo y el síndrome de fatiga crónica, este síndrome no se trata con antibióticos o medicamentos antivirales. (Los médicos probaron estos medicamentos en pacientes con síndrome de fatiga crónica en el pasado con resultados insatisfactorios).

En la mayoría de los casos, los síntomas del síndrome de fatiga crónica son más intensos al principio, y es posible que remitan, vuelvan a aparecer y así sucesivamente. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, casi la mitad de todos los pacientes con síndrome de fatiga crónica se recupera parcial o completamente en un plazo de cinco años tras la primera aparición de los síntomas —de nuevo, el pronóstico es mejor en los pacientes más jóvenes.

Vivir con el síndrome de fatiga crónica

La terapia y los grupos de apoyo pueden ayudar a los adolescentes con síndrome de fatiga crónica y a sus padres a afrontar los problemas académicos o sociales derivados de la enfermedad, como tener que faltar a clase frecuentemente, ir mal en los estudios o aislarse de las amistades y evitar las situaciones sociales.

He aquí algunas cosas que te pueden ayudar:

  • Reconoce y expresa tus sentimientos. Las emociones fuertes forman parte de este síndrome. Sentimientos como la tristeza, el enfado y la frustración son completamente normales —y reconocer lo que sientes y decirte que no es culpa tuya son buenas estrategias de afrontamiento. El hecho de reconocer la emociones que experimentas (en vez de intentar reprimirlas o simular que no te pasa nada) puede ayudarte a averiguar que hay detrás de ellas y a afrontar mejor los problemas que puedas tener.

  • Escribe. Cuando el síndrome de fatiga crónica afecta a la memoria y a la capacidad de concentración, puede ayudar anotar las cosas. Por ejemplo, hazte listas y notas para recordar lo que tienes que hacer. También te puede ayudar llevar un diario donde escribas sobre tus sentimientos y tus niveles de energía. Ese diario puede ser una valiosa fuente de información para tu médico. También puede ayudarte a identificar tendencias; por ejemplo, si tienes más energía a determinada hora del día, esa información te ayudará a organizarte mejor a la hora de programar sesiones de ejercicio físico u otras actividades.

  • Concédete más tiempo para hacer las cosas, sobre todo aquellas actividades que requieran concentración o esfuerzo físico. Pide ayuda a tu familia, tus profesores y tus amigos.

  • Infórmate sobre el síndrome de fatiga crónica consultando fuentes fiables. Hay tanta confusión y tanta información errónea sobre esta enfermedad que es muy importante que sepas de qué fuentes te puedes fiar.

Y sobre todo, no tires la toalla. Es indudable de que tener síndrome de fatiga crónica puede ser duro, y es fácil desmoralizarse. Pero los adolescentes con síndrome de fatiga crónica, por lo general, mejoran más deprisa y se recuperan más completamente que los adultos.

Muchos expertos hacen hincapié en que, cuando se tiene síndrome de fatiga crónica, es más importante tener una actitud positiva sobre la mejoría que intentar entender por qué se ha desarrollado la enfermedad. Lamentablemente, mucha gente pasa demasiado tiempo intentando identificar una sola causa en vez de iniciar un tratamiento —cuando algunos tratamientos, como las técnicas de control del estrés y el ejercicio progresivo previamente mencionado, han demostrado ser eficaces en muchos casos. En otras palabras, incluso sin saber cuál es la causa del síndrome de fatiga crónica, los pacientes que quieren mejorar y adoptan una actitud activa y positiva ante la enfermedad tienen mucho mejor pronóstico.

El síndrome de fatiga crónica tal vez sea una de las enfermedades peor entendidas y sobre las que circula más información errónea, pero cada vez hay más conciencia de ella y los científicos están trabajando para averiguar más cosas sobre ella.

http://www.teenshealth.org

 

El Cansancio crónico; difícil de diagnosticar

En la actualidad existen muchas personas que se quejan de estar cansadas. Algunos culpan a las actividades diarias que hacen, las cuales son muchas y requieren de mucho tiempo, el cual no tienen.

Existe una enfermedad en donde el cansancio o fatiga juegan un papel importante. El cansancio crónico es una enfermedad difícil de diagnosticar, pero con la ayuda de los especialistas, se puede curar.

El síndrome tiene varios sinónimos como cansancio crónico o síndrome de fatiga crónica. Dicha enfermedad tiene un diagnóstico difícil y en ocasiones confuso por el cuadro clínico que presenta.

El paciente puede acudir la primera cita, incluso la segunda y tercera con un médico especialista para ver algunas dudas si es el diagnóstico correcto o no.

El neurólogo José Osvaldo Ulloa es un especialista que también trata esta enfermedad, comenta que no hay estadísticas estables o exactas con respecto a esta enfermedad, puesto que está subdiagnosticada, ya que generalmente primero se deben de descartar otras enfermedades antes de dar un resultado final.

“Como su nombre lo indica, síndrome significa que es causado por múltiples patologías, es multifactorial la enfermedad de la que se está hablando”.

La característica de esta enfermedad es que se puede presentar a la edad promedio de los 30 años, aunque desde los 20 hasta los 45 años la población se puede ver afectada a esa edad.

El primer síntoma es el cansancio, es decir, antes la persona tenía un esfuerzo o un horario laboral de seis horas y lo toleraba muy bien; sin embargo ahora con tres horas, la persona se cansa.

Debido a esta enfermedad, la persona tiene una enorme fatiga con un esfuerzo mínimo. Otra de las condiciones que se pueden presentar son alteraciones en el ámbito cognitivo, los pacientes tienen exaltaciones de memoria, comienzan a olvidar cosas sencillas, por ejemplo en dónde dejaron el carro o si van a una tienda comercial y se olvidan qué fueron a comprar, etcétera.

También hay alteraciones en el sueño, lo que se llama ciclo- vigilia-sueño. Se puede tener en el día somnolencia o estar con hipersomnia y en la noche no poder dormir, tener insomnio, esa es una de las características que presenta el cansancio crónico.

Los otros son síntomas neurovegetativos, en donde se tienen malestares gastrointestinales o bien se tienen reacciones de taquicardia o radicardias, esas son las características clínicas de una persona obviamente al tener todo esto y saber que no rinde en sus actividades, viene una depresión posterior.

Que hacer si se tienen los síntomas de cansancio crónico

Si se tienen todos esos síntomas y el paciente queda dentro de ese cuadro clínico, lo que debe de hacer es asistir a consulta con el médico de confianza, entre ellos puede ser un médico general, familiar, un neurólogo, un reumatólogo, un internista. Cuando uno de los médicos antes mencionados tiene duda sobre el diagnóstico certero, se le habla a otros especialistas, en este caso al neurólogo, como el doctor Ulloa, ya que lo que ve es si puede ser una enfermedad de Lain o bien boreolosis o alguna otra.

Los siquiatras también pueden ver esta enfermedad, ya que el estrés duradero por agotamiento y el cansancio crónico no tratado, pueden llevar a la depresión, pero ellos primero deben de descartar lo que es el trastorno depresivo mayor, porque hay síntomas que se pueden confundir con el cansancio crónico.

El doctor Ulloa comenta que existen enfermedades inmunológicas como el lupus, que presentan el mismo cuadro de síntomas que el cansancio crónico. El doctor Ulloa cometa que existen enfermedades comnico, así como la esclerosis múltiple que también tiene la misma patología.

“Primero se tienen que descartar todas las enfermedades si el paciente presenta un tipo de molestias. En mi caso, en mi especialidad, primero realizo un examen de sangre, si tiene datos neurológicos, le hago una resonancia magnética cerebral. Si no encuentro nada lo envío al siquiatra, dicho especialista descarta o confirma un trastorno depresivo y si no es dicha enfermedad el diagnóstico ya está hecho, se puede decir que es de esclusión el diagnóstico cansancio crónico”.

Quién debe de tratar el cansancio crónico

Ya cuando se tiene el diagnóstico de un médico general, familiar, internista, neurólogo o siquiatra. No hay que olvidar que el cansancio crónico se confunde con otras enfermedades, como la fibromialgia, que son dolores que presenta el paciente y causan cansancio, esa enfermedad la trata el reumatólogo.

Entonces se deben de descartar enfermedades que tengan la misma patología.

Por tal motivo el doctor Ulloa enfatiza en que no hay estadísticas exactas del cansancio crónico, porque las molestias son tan vagas que en ocasiones se diagnostica otra enfermedad al paciente, por tal motivo hay que realizar estudios para llegar a un resultado final.

Síntomas

Los síntomas son el cansancio, los pacientes ya no rinden lo mismo. Se habla también de inflamación de ganglios, porque el sistema inmunológico también responde, hay datos de faringitis o amigdalitis que son criterios para eso, y eso es por lo mismo se inflama todo el sistema por la actividad inmunológica. Por eso hay que descartar las demás enfermedades para diagnosticar el cansancio crónico.

El dato

El doctor José Osvaldo Ulloa Alday es neurólogo clínico. Egresado de la Facultad de Medicina, de la Universidad Autónoma de Coahuila, Unidad Saltillo. Hizo su especialidad en el Centro Médico Nacional La Raza, en el Distrito Federal, avalado por la UNAM. Atiende en la clínica La Concepción, desde hace seis años y tiene en Saltillo siete años.

Recomendaciones

Hacer ejercicio, ya que es estimulante.

Energizar la dieta, como comer cada tres horas algo en pequeñas cantidades y no pasarse horas enteras sin ingerir algo.

Ingerir hidratos de carbono, porque se digieren rápidamente, aportan azúcar, proveen energía constante y la mantienen por mucho tiempo. Están en las pastas, legumbres, cereales, pan (si es negro mejor) y arroz.

Procurar productos lácteos, como el yogur, la leche cultivada, los quesos descremados, ya que tienen bajo contenido graso.

Evitar los chocolates, golosinas y el refresco. Si bien aportan energía, no la mantienen por mucho tiempo.

Es preferible descansar comiendo otro tipo de alimentos más sanos.

Cuáles son las recomendaciones para las personas que lo padecen

El neurólogo comenta que lo primero es hacer el diagnóstico bien y después sobre la mayor molestia trabajar, es decir si la persona se deprime porque no tiene el beneficio de laborar perfectamente, hay que apoyarlo con sicología, además de eso, si se tiene el problema porque le duelen los músculos, porque empezó con un cansancio o un dolor, se le da un analgésico.

Lo importante de esto es que el paciente sepa el diagnóstico y sobre cada molestia darle el tratamiento necesario.
También se le incluye en su vida diaria actividades como hacer ejercicio, practicar algún deporte, todo lo que deberían hacer todas las personas. El paciente primero debe de distraerse para salir de ese cuadro en el que se encuentra, luego nuevamente trabajar en lo que se dedicaba.

¿Se puede quitar el cansancio crónico?

Sí se puede quitar, es un difícil tratamiento, pero cuando se hace el diagnóstico necesario de esta enfermedad es porque el paciente bajó el 50 por ciento de su rendimiento, entonces se necesita recuperar ese otro 50 por ciento, con todo un tratamiento multidiscplinario.

El tratamiento va desde tres hasta 10 meses, dependiendo la gravedad del caso y un neurólogo es uno de los especialistas que lo pueden diagnosticar y tratar.

Importante

Ante cualquier duda de estas molestias no dejar que avance la enfermedad, entre más avance o mayor porcentaje se tenga de déficit es más difícil recuperar el beneficio, el diagnóstico y tratamiento es inmediato y lo mejor es acudir al médico.

http://www.vanguardia.com.mx

Implicación de la mitocondria en la fatiga crónica

 Resumen:

V. Poca-Dias1, I. Ojanguren Sabán2, C. Pereira dos Santos3, E. Sánchez-Vizcaíno4, A. Ariza Fernández2 y F. García-Fructuoso1

Introducción: La implicación de la mitocondria en las enfermedades humanas es uno de los campos más desarrollados en la medicina en los últimos años. La disfunción de la cadena respiratoria mitocondrial puede manifestarse con cuadros muy heterogéneos. La fatiga anormal y la intolerancia al ejercicio son síntomas comunes en las enfermedades mitocondriales, el síndrome de fatiga crónica (SFC) y la fatiga crónica idiopática. Objetivo: evaluar si existe un subgrupo de enfermos con fatiga crónica idiopática que presenten una disfunción mitocondrial. Material y métodos: se seleccionaron 15 pacientes con fatiga crónica idiopática, sin SFC de más de tres años de evolución. Se recopilaron antecedentes personales y maternos de posible afectación mitocondrial y se realizaron una prueba de esfuerzo, con determinación del valor METS (equivalentes metabólicos estimados), y una biopsia muscular a cielo abierto. La muestra se analizaba mediante microscopia óptica, electrónica y evaluación de la función mitocondrial (cinco complejos enzimáticos y actividad oxidativa). Resultados: se observó incremento del número de mitocondrias en el 60% de los pacientes. La alteración de la función mitocondrial en mitocondria y homogenado fue cuantificada en el 60% y el 40% de los pacientes, respectivamente. La principal correlación fue la presencia en el 33% de los pacientes de una mayor alteración de la función mitocondrial, miopatía pleocolonial, cefaleas en sus madres y un déficit auditivo en los pacientes. Conclusión: el 33% de pacientes con fatiga crónica idiopática presentan alteraciones en la actividad mitocondrial que se correlacionan con rasgos fenotípicos, personales y maternos.  (Dolor 2008;23(1):69-72)

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Como se produce la fatiga?

La fatiga es la imposibilidad física, psíquica u orgánica de mantener el ritmo de trabajo, sea físico o intelectual.

Causas:
- Disminución del glucógeno muscular
- Acumulación de ácido láctico en el músculo
- Pérdida de fosfato en el músculo y la sangre
- Disminución de la irrigación sanguínea y por lo tanto de la oxigenación en el músculo.

Hay dos estrategias nutricionales efectivas en el retraso de los cambios inducidos por el ejercicio y por lo tanto atenuantes de la fatiga:

1) Suplementación con hidratos de carbono, (en el momento previo a la competición) que demora el aumento de ácidos grasos libres (AGL), minimiza los incrementos de L triptofano y aumenta la potencia durante un ejercicio prolongado.

2) Suplementación con aminoácidos de cadena ramificada (AACR) con o sin carbohidratos, para elevar los niveles de AACR en plasma y minimizar los incrementos en el cociente L triptofano/AACR. Esto modifica las respuestas psicológicas y fisiológicas al ejercicio.

Los aminoácidos (AA) son la base de las proteínas en el cuerpo y son esenciales para la síntesis de tejido, proteínas específicas, hormonas, enzimas y neurotransmisores. También están involucrados en la síntesis de energía a través de la gluconeogénesis y la regulación de vías metabólicas.

Se ha sugerido que la alteración en los aminoácidos (AA) específicos, inducida por el ejercicio, está asociada a la fatiga crónica y a defectos en la inmunidad. Aminoácidos ramificados (como leucina, isoleucina, valina, presentes en proteínas de alto valor biológico), triptófano (presente en vegetales, legumbres, frutas secas y cereales) y glutamina desempeñan un rol importante en las respuestas metabólicas, fisiológicas y psicológicas al ejercicio.

En el ejercicio intenso, ya sea de intensidad o de resistencia, los niveles plasmáticos de AACR y glutamina se reducen, mientras se incrementan los niveles de triptófano y serotonina. Dichas alteraciones son la base de la hipótesis de la fatiga central. Esto se explica debido a que el triptófano libre y los AACR compiten por entrar al cerebro por la vía del mismo transportador de AA.

Un aumento de la síntesis de serotonina deprime la excitabilidad de la neurona, altera la función autonómica y endócrina y suprime el apetito. Los incrementos de serotonina inducidos por el ejercicio, afectan al cansancio, percepción psicológica de la fatiga, producción de potencia muscular y la regulación hormonal durante el ejercicio.

Esto puede explicar muchos de los signos y síntomas del síndrome del sobreentrenamiento, como la hipotensión postural, taquicardia, anemia, amenorrea, inmunosupresión, depresión, supresión del apetito, y pérdida de peso.

http://blog.rugbytime.com

 

Fatiga crónica: el descanso es ineficaz

¿Qué es la fatiga crónica?

 

Es un síndrome de origen desconocido (no cursan otras enfermedades que puedan explicar la causa) caracterizado por una sensación de agotamiento prolongado que no se alivia con descanso, lo que merma en gran medida la capacidad para realizar tareas cotidianas.



Síntomas

 -Fatiga, cansancio, dolores en garganta, articulaciones y cabeza, nódulos linfáticos doloridos en cuello o axilas, problemas de memoria.

Diagnóstico

-Examen físico.

-Descarte de otros factores que causen cansancio.

-Prueba de sangre.

Tratamiento

-Por ahora sólo se pueden paliar los síntomas de la fatiga crónica mediante:

-Planificación de actividades en los periodos en que el paciente se siente mejor, práctica de ejercicio físico suave.

-Búsqueda de apoyo emocional.

-Antidepresivos y fármacos para disminuir el dolor.

http://www.vivirmejor.es

Síndrome de fatiga crónica

(Chronic Fatigue Syndrome)

¿Qué es el síndrome de fatiga crónica?

El síndrome de fatiga crónica (CFS) es un problema de fatiga abrumadora que dura por lo menos 6 meses e interfiere con su vida cotidiana.

La mayoría de las personas que tienen el síndrome de fatiga crónica son adultos entre 20 y 40 años de edad. El síndrome afecta a las mujeres con más frecuencia que a los hombres. Sin embargo, puede llegar a afectar a hombres y mujeres de todas las edades.

¿Cómo ocurre?

La causa del síndrome de fatiga crónica no es conocida.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas físicos del síndrome de fatiga crónica pueden ser:

  • cansancio abrumador, fatiga o debilidad que dura más de 6 meses
  • dolor de garganta
  • nodos linfáticos sensibles
  • dolor musculares
  • molestias y dolor en las articulaciones sin hinchazón ni enrojecimiento
  • dolor de cabeza
  • despertarse con cansancio
  • malestar (molestia general o inquietud) que dura más de 24 horas después de esforzarse.

Los síntomas psicológicos del síndrome de fatiga crónica pueden ser:

  • dificultad para recordar cosas o para concentrarse
  • confusión
  • ansiedad
  • irritabilidad
  • apatía y depresión
  • cambios de personalidad
  • cambios súbitos de humor
  • menor deseo sexual.

¿Cómo se diagnostica?

Es difícil diagnosticarlo porque existen muchas enfermedades que causan síntomas similares a los del síndrome de fatiga crónica. Su profesional médico tratará de verificar que la causa de su fatiga no se deba a ninguna de estas otras enfermedades, preguntándole sobre sus síntomas y su historia clínica y haciéndole un examen físico completo. Si ha tenido fiebre, pero no tiene fiebre cuando va a visitar al médico, es posible que éste le pida que se tome y registre su fiebre en su casa varias veces por día.

Es posible que le hagan una serie de análisis, por ejemplo de orina y de sangre, para ver si tiene infecciones, enfermedades inmunológicas o metabólicas, problemas hormonales, anemia o tumores.

Si su profesional médico no puede encontrar otra causa para su fatiga, es posible que le diagnostique el síndrome de fatiga crónica.

¿Cómo se trata?

Si usted tiene el síndrome de fatiga crónica, en la actualidad no se conoce ninguna cura. Sin embargo, además de los medicamentos para tratar algunos de los síntomas, hay 2 tipos de tratamiento que pueden ser útiles:

  • un programa de ejercicios especiales
  • terapia de conducta.

El programa de ejercicios comienza despacio y sin hacer demasiado esfuerzo. Muy gradualmente irá aumentando el nivel de ejercicios con el objetivo de robustecer sus músculos y aumentar su nivel de energía. La terapia de conducta le ayuda a concentrarse en lo positivo (lo que sí puede hacer) y le puede ayudar a sentirse más optimista a medida que su fuerza muscular y nivel de energía van mejorando. Tanto el ejercicio como la terapia de conducta pueden ayudar a reducir otros síntomas del síndrome de fatiga crónica, como los dolores de cabeza y la dificultad para concentrarse.

Su profesional médico le puede recetar medicamentos para tratar algunos de sus síntomas, como los dolores de cabeza y el dolor muscular. Los medicamentos antidepresivos le pueden ayudar a aliviar la fatiga y mejorar su capacidad para funcionar.

¿Cuánto duran los efectos?

No se comprende bien el síndrome de fatiga crónica, ni se lo trata fácilmente. Es posible que siga teniendo síntomas por meses o años. En general, los síntomas son más severos durante el primer año.

¿Cómo puedo cuidarme?

  • Descanse lo más que pueda mientras usted y su profesional médico están tratando su enfermedad.
  • Siga el tratamiento recomendado por su profesional médico.
  • Siga las indicaciones de su profesional médico para hacer ejercicios.
  • No fume.
  • Coma alimentos nutritivos y balanceados.
  • Aprenda a controlar su ritmo de vida para evitar la fatiga. Haga una lista de sus prioridades diarias. Haga las tareas más importantes por la mañana, cuando su nivel de energía puede ser mayor. No importa si no puede hacer todas las cosas que se planteó hacer durante el día. Solicite ayuda en casa y en el trabajo cuando la carga sea demasiado grande para que usted pueda llevarla por sí solo. Tome recreos frecuentes durante el día para relajarse o caminar.
  • Participe de actividades recreativas por lo menos una o dos veces por semana.
  • Afíliese a un grupo de respaldo en su zona. Le puede ser muy útil compartir sus experiencias con otras personas que tengan problemas similares.

Si ninguna de estas cosas le ayuda, piense en obtener una segunda opinión médica.

¿Qué se puede hacer para prevenir la fatiga?

Si nota cambios o síntomas inusuales o persistentes en su cuerpo, vaya a ver a su profesional médico. Esto permitirá a su profesional médico identificar y tratar rápidamente los problemas de salud subyacentes y ayudar a prevenir que su fatiga

http://med.umich.edu

Trauma infantil aumenta el riesgo de síndrome de fatiga crónica

Dos estudios encontraron que los factores estresantes precoces aumentaban las probabilidades de esta enfermedad debilitante

El trauma infantil, junto con el estrés o la inestabilidad emocional en cualquier momento de la vida, podrían ser factores de riesgo para el síndrome de fatiga crónica.

Eso afirman dos estudios en la edición de noviembre de Archives of General Psychiatry.

"No estamos hablando de un conjunto de gente estresada. Hablamos de la biología subyacente de una enfermedad muy real y debilitante", afirmó la Dra. Nancy Klimas, profesora de medicina de la Facultad de medicina Miller de la Universidad de Miami, quien no participó en el estudio. "Estamos tratando de eliminar el estigma de los matices psiquiátricos y explicarlo a través de la biología, como debe ser".

Aunque son interesantes, los expertos añadieron que los resultados son preliminares.

"Son artículos elementales interesantes", aseguró el Dr. Charles Goodstein, psicoanalista y profesor clínico de psiquiatría de la Facultad de medicina de la Universidad de Nueva York. "Estos estudios apoyan lo que hemos aprendido en medicina y psiquiatría: Las enfermedades de todo tipo son determinadas en gran medida por una interacción de predisposiciones genéticamente determinadas y factores ambientales".

"El SFC sigue siendo una enfermedad esquiva", continuó Goodstein. "Incapacita gravemente a los pacientes, pero los médicos tropiezan con una falta de señales objetivas en el examen físico".

Se calcula que alrededor de 1 millón de personas en los Estados Unidos sufren del síndrome de fatiga crónica (SFC) y le cuestan al país unos $9 mil millones anuales, y a cada familiar unos $20,000 anuales en ganancias perdidas. La enfermedad es más común entre las mujeres entre los 40 y los 59 años de edad, y se caracteriza por un conjunto de síntomas debilitantes, como fatiga inexplicable, problemas para dormir, problemas de memoria y concentración, y dolor.

La enfermedad se reconoció por primera vez a finales de los 80. Al principio se le llamó "gripe yuppie" y sufrió de una crisis de credibilidad. Los U.S. Centers for Disease Control and Prevention develaron el viernes una campaña de concienciación con la intención de remediar ese problema.

Aún así, el problema sigue siendo un misterio y, a pesar de los más de 4,000 estudios y dos décadas de investigación, su causa sigue siendo esquiva, al igual que tratamientos efectivos.

La evidencia anecdótica sugiere que el estrés podría ser un factor desencadenante, pero ha habido pocos estudios sistemáticos sobre el asunto.

Este nuevo informe es parte de un estudio de mayor tamaño llevado a cabo por los CDC, que evaluó a la población de Wichita, Kansas, durante un periodo de cuatro años, entre 1997 y 2000.

Los autores del artículo actual condujeron evaluaciones a fondo de 43 personas que tenían SFC, y las compararon con 60 sujetos de control, todos identificados en una muestra inicial de más de 56,000 adultos residentes de Wichita. Además de múltiples pruebas médicas, los participantes completaron cuestionarios sobre el trauma infantil y síntomas psiquiátricos como depresión y ansiedad. Se observaron cinco tipos distintos de trauma infantil, sexual, físico, emocional, negligencia emocional y negligencia física.

Las personas que tenían SFC informaron sobre niveles mucho más altos de trauma infantil y síntomas psiquiátricos, en comparación con los participantes de control. De hecho, la exposición al trauma infantil en general se asoció con un riesgo de tres a ocho veces mayor de SFC. Pero la negligencia emocional y el abuso sexual fueron los pronosticadores más potentes de quién desarrollaría SFC. Los investigadores encontraron que el riesgo de padecer de SFC aumentaba en 77 por ciento por cada tipo adicional de trauma infantil que una persona experimentara.

Los que experimentaban más trauma tenían más probabilidades de tener síntomas más graves de SFC. Y los que tenían otros síntomas psiquiátricos junto con trauma infantil también estaban en mayor riesgo.

"Es importante ver que el SFC tiene subgrupos", apuntó Klimas. "Es realmente importante no fusionar todas estas observaciones en un gran grupo sólido".

La información podría algún día ayudar a identificar a las personas en riesgo de síndrome de fatiga crónica. "No todas las personas que tienen SFC tenían antecedentes de trauma infantil y no todas las personas con trauma infantil tenían SFC", explicó la autora del estudio Christine Heim, profesora asistente de psiquiatría y ciencias conductuales de la Universidad Emory en Atlanta. "No es el cuadro completo. Debe haber algún tipo de defensa y, si sabemos lo que es, sería importante para la prevención".

El segundo estudio evaluó a 19,192 mellizos suecos, 1,570 de los cuales tenían síndrome de fatiga crónica. Los mellizos que experimentaron inestabilidad emocional y estrés tenían más probabilidades de padecer SFC. Los individuos que informaron que su vida era estresante tenían entre 64 y 65 por ciento más probabilidades de desarrollar SFC que las que no lo hacían. El estrés aumentaba el riesgo de un gemelo de desarrollar SFC cinco veces.

Más información

Para más información sobre el síndrome de fatiga crónica, visite la CFIDS Association of America  
Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

http://www.healthfinder.gov

El cansancio de la fatiga crónica

Más de medio millón de personas viven exhaustas

26 de julio de 2007

¿Se siente cansado después de descansar? Si esto le ocurre durante seis meses y se siente exhausto aunque baje su nivel de estrés y trabajo, podría padecer del Síndrome de Fatiga Crónica (SFC).

"La denominación del síndrome de fatiga crónica es inespecífica, pero adecuada para una enfermedad entre cuyos síntomas se encuentran la fatiga y el agotamiento constante", explica el doctor David Bell, especialistas en SFC.

En 1994 científicos del Instituto Nacional de Salud (NIH), agencia federal de investigaciones, se reunieron para definir la enfermedad y brindar guías que permitieran que los doctores la diagnostiquen más fácil y rápidamente, pero sólo lograron ponerse de acuerdo en dos puntos: que la fatiga dure seis meses o más y que no tenga como origen otra enfermedad; y, tener cuatro de los siguientes síntomas: dolor inexplicable en los músculos, dolor en la garganta, inflamación de los nudos linfáticos, pérdida de memoria o falta de concentración, dolores de cabeza, que al dormir no descanse el paciente y problemas para dormir.

"Estos síntomas pueden ser totalmente incapacitantes y persistir durante años, o pueden ser leves hasta el punto de significar tan sólo una molestia", añade el doctor Bell

La persona que sospeche que padece de SFC debe someterse a un examen físico y pruebas de laboratorio.

Estadísticas del Centro de Control de Enfermedades (CDC) indica que en Estados Unidos hay medio millón de personas que han sido diagnosticadas con esta enfermedad, pero se estima que hay muchas más personas que lo padecen pero que han sido mal diagnosticadas.

El NIH no ha podido avanzar en el estudio de esta enfermedad, principalmente por la ausencia de patología en los órganos, es decir, que por ejemplo, aunque los músculos duelan, las biopsias del músculo son normales o sólo presentan alteraciones mínimas.

La característica fundamental de SFC es que afecta a todo el sistema corporal, pero produce muy pocas lesiones.

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Descubren que la fatiga es genética

Según estudios del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, se multiplican las evidencias que vinculan el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) con mutaciones genéticas y anormalidades en la expresión de los genes comprometidos con procesos fisiológicos claves.
Los síntomas incluyen fatiga debilitante, interferencia en la capacidad de concentración, trastornos del sueño y, en algunos casos, febrícula y tumefacción de los ganglios.
Quienes sufren este mal dicen sentir dolores musculares persistentes en todo el cuerpo y una fatiga que no cede con el reposo y empeora con la actividad física.
El SFC, reconocido por la Organización Mundial de la Salud como uno de los males que afecta al sistema nervioso central, fue identificado por primera vez en la década del 80, aunque una enfermedad prácticamente idéntica (encefalomielitis miálgica) llevaba ya treinta años de vida en Gran Bretaña.
Se presenta fundamentalmente en adultos de entre 20 y 40 años, aunque afecta también a niños y adolescentes, y la tasa de incidencia en las mujeres duplica a la de los varones.
Según los expertos de la Asociación Argentina de Síndrome de Fatiga Crónica, el SFC tiene una manifestación clínica heterogénea y, a pesar de que no se cuenta aún con un marcador biológico específico, es clínicamente reconocible.
Según informó el CCPE, diversos estudios vienen demostrando que "la gente con este síndrome sufre anormalidades en el sistema nervioso autónomo y central, el sistema inmunológico, las funciones cognitivas, los caminos de respuesta al estrés y otras importantes funciones biológicas".
Sus especialistas también aseguran que "la enfermedad es mucho más frecuente de lo que se cree".
Estimaciones de expertos argentinos indican que en el país este mal afectaría a unas 100.000 personas. El diagnóstico hace una década llevaba diez años o más; hoy todo es más rápido.
"El SFC es una enfermedad que necesita ser identificada a través de un proceso de eliminación de otras posibles enfermedades", dicen en la Asociación Argentina de Síndrome de Fatiga Crónica. Algunos trastornos psicológicos, como la depresión, pueden tener síntomas similares.
Los investigadores coinciden en que, con el tiempo, la enfermedad demostrará tener múltiples causas, incluida la predisposición genética, la exposición a microbios, toxinas y otros traumas físicos y emocionales.
Recién entonces serán aprobados tratamientos que puedan abordar sus causas subyacentes. Hasta el momento, sólo hay medicamentos que brindan alivio.
En el país funciona, dentro del Hospital Tornú, el Centro de Referencia de Encefalomielitis Miálgica, del Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari de la UBA.
Sus responsables aseguran que "conocer el diagnóstico les brinda a los pacientes un gran alivio" y recomiendan consultar a médicos especialistas.

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Cansado de estar cansado

Existen varias teorías sobre qué causa el Síndrome de Fatiga Crónica, pero ninguna ha sido comprobada.

Se sabe que los pacientes dejan de producir sustancias que son importantes para el funcionamiento del organismo.

Aunque se desconoce qué causa el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), hay estudios que sugieren que guarda relación con el virus del herpes humano tipo 6, capaz de producir infecciones persistentes, comenta el médico internista Roberto Augusto Vargas.

Otros, agrega el especialista, plantean que el SFC es una reacción del organismo a una inflamación en el sistema nervioso.

En tanto, el infectólogo Mario Miranda informa que anteriormente se creía que se debía a la falta de entrenamiento físico, pero esta hipótesis, indica, ha sido descartada.

Ahora, lo que sí se ha detectado es un cuadro en común en los pacientes que sufren este problema dice Miranda. Por ejemplo, que registran menos linfocitos citolíticos naturales, los cuales cumplen un papel importante en el mejoramiento de la capacidad destructiva del sistema inmune contra agentes extraños que pueden provocar lesiones en el funcionamiento de las células.

También producen niveles bajos de cortisol, el cual es necesario para reprimir la inflamación y la activación inmunológica.

Roberto Augusto Vargas sostiene que no se descarta que puedan jugar otros factores como la edad, una enfermedad previa, el estrés, el medio ambiente o la genética.

Aclara que todas las personas están propensas a sufrir esta patología y se estima que sólo en un 25% de los casos registrados en el mundo, la enfermedad muestra un progresivo empeoramiento aún con la aplicación de un tratamiento médico.

TERAPIA Y MEDICAMENTOS

Vargas asegura que no hay manera de atacar la enfermedad en sí, pero sí se pueden recetar ciertos medicamentos que busquen aliviar los molestos síntomas que limitan las funciones del paciente.

Se le recomienda, también, tratar de mantener su vida social activa para contrarrestar los síntomas del SFC, así como realizar actividades físicas suaves y evitar reprimirse de expresar sus sentimientos de tristeza, enojo y frustración. "Las actividades cotidianas regulares y razonables contribuyen a evitar el fenómeno push-crash, caracterizado por sobreesfuerzos durante los períodos de mejoría, seguidos de recaídas, quizá debido a la actividad excesiva", explica Vargas.

Durante el proceso de tratamiento se le deja claro al paciente cuál es el alcance de su enfermedad, sus expectativas reales y sobre todo, se le aconseja que adapte su vida a sus posibilidades. Este último punto según los especialistas es importante ya que intentar hacer más de lo que permite el cuerpo conduce a un empeoramiento objetivo.

Deben evitar en lo posible el estrés emocional, ya que aunque no está claro que contribuye al desarrollo de la enfermedad, se sabe que una vez instaurada, el paciente tolera muy mal el estrés y la tensión física.

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Agobiado por el cansancio

TRASTORNO.SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA

Los síntomas del SFC son similares a los de la mayoría de las enfermedades virales (dolor muscular, cabeza y fatiga). Esta condición se caracteriza por durar seis meses o más. Hasta ahora no se sabe a ciencia cierta qué lo provoca.

Es normal sentir cansancio o fatiga después de una jornada larga de trabajo, estudiar intensamente o realizar algún tipo de actividad quedemande mucha energía.

Pero, cuando esta condición se convierte en un tipo de agotamiento intenso y prolongado, que no se alivia con el descanso e incluso, logra disminuir en un 50% la capacidad de la persona para participar en sus actividades diarias, puede tratarse del Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), una especie de trastorno que ha sido clasificado entre las seis mil enfermedades raras del mundo porque no se sabe qué la origina, ni cómo se cura.

El profesor de economía de la Universidad de Panamá Alonso Ruiz cuenta que padeció los estragos de esta enfermedad por siete meses y medio antes de que le pudieran diagnosticar qué tenía. Expresa que todo empezó de repente, y fueron los síntomas los que agudizaron su condición.

Se dormía y levantaba con un cansancio que no le permitía subir los hombros sin sentir dolor o podía pasar horas observando un objetivo fijo tirado en el sofá de su casa sin tener la más mínima intención de cambiar la mirada. Bañarse o levantarse para ir al trabajo era una odisea, y aunque lo hacía, no rendía lo que debía. "Hablar es mi arma de trabajo y me costaba hacerlo. No podía dictar clases, la materia que doy es tediosa y mi actitud la hacía ver peor".

Al principio pensó que era depresión, pero decidió asistir a su médico cuando a su estado se sumaron dolores intensos de cabeza, cuello, músculos y ganglios, además de la dificultad para concentrarse .

Le mandaron exámenes para descartar infecciones en el organismo, problemas sicológicos, siquiátricos y neurológicos; para ubicar tumores, enfermedades cardíacas, renales o hepáticas. Todos salieron negativos y su problema persistía.

Tampoco escuchaban sus súplicas de recetarle algún medicamento que apaciguara los síntomas porque le advertían que era necesario ubicar el problema para ofrecerle un correcto procedimiento terapéutico. Hace dos meses le descubrieron el problema y desde entonces está en tratamiento.

El médico de cabecera de Ruiz, el doctor Roberto Augusto Vargas, explica que en estos casos no es recomendable aventurarse a recetar drogas para aliviar malestares que no se sabe qué lo originan porque "el remedio puede resultar peor que la enfermedad".

Agrega que aunque el SFC es muy común –tanto que en otros países como Estados Unidos y México existen asociaciones dedicadas a hacer estudios y ayudar a personas en esta situación– es difícil de detectar porque sus síntomas se confunden con otras patologías que el médico siempre va a buscar descartar antes de pensar que se trata del SFC.

Por ejemplo, indica, además de los antes mencionados, el SFC puede ligarse con un problema de tiroiditis, deficiencia de hierro, anemia o diabetes.

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