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La Seguridad Social obliga a volver al trabajo a una enferma de fibromialgia crónica ingresada en el Canalejo

Para el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), el próximo lunes Mercedes Bardanca Ogando deberá incorporarse a su puesto de trabajo como auxiliar de geriatría, porque no existe ninguna causa que se lo impida. Sin embargo, ella no podrá acudir a esta cita, ya que se encuentra ingresada en el Complejo Hospitalario Juan Canalejo desde el pasado miércoles, cuando sufrió una obstrucción en las arterias y una insuficiencia respiratoria.

Todos estos síntomas están provocados por la fibromialgia crónica que padece desde hace varios años, y que se agravó todavía más en octubre del 2004, cuando fue sometida a una operación para extirparle un cáncer de mama. «Desde entonces, se hicieron más fuertes los dolores de la fibromialgia, y ahora casi ni me puedo mover, no tengo ni encías, ni dientes, y cada tres o cuatro meses tengo que ingresar en el hospital», relata Mercedes Bardanca.

A pesar de esta situación, y después de cuatro meses de baja tras la intervención quirúrgica, ella intentó volver a su trabajo. «Creía que podía, pero, como auxiliar de geriatría que presta ayuda a domicilio, tengo que levantar a los enfermos, hacerles las curas, cogerlos como pesos muertos, y corría el peligro de caerme yo y él. No podía trabajar, porque me empezó a doler mucho la espalda y el brazo se me hinchaba», admite.

Por este motivo, cogió la baja, y durante los últimos dieciocho meses su empresa se la estuvo pagando, pero ahora ha llegado el momento de que se haga cargo de ella el INSS, que se niega a darle la invalidez permanente. «Mientras que la empresa paga, todo va genial, pero una vez que tiene que pagar el organismo público la cosa empeora», protesta Bardanca, al mismo tiempo que recuerda que en una de las revisiones que le hizo el médico del INSS, «ni miró» para ella. «Me mandó que llevara todas las placas e informes médicos, y no los miró», remarca. En un segundo encuentro, según explica, el facultativo sólo se limitó a preguntarle por su pasado y no por su estado de salud.

Mercedes Bardanca, de 48 años, seguirá hospitalizada varios días, pero tiene claro que en su estado no puede volver a trabajar. Lo malo es que, si no le dan la invalidez, no tiene dinero para pagar «la medicación, ni la hipoteca, ni las facturas, que ya no pude pagar el mes pasado».

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